Curiosidades

TÍTULOS NOBILIARIOS EN EL VALLE

«Marqués de Góngora» fue un título de Navarra concedido por Carlos II en 1695 a Juan Cruzat y Góngora, Maestre de Campo de los Tercios de Navarra, caballero de la Orden de Santiago y señor del palacio de Oriz.

Asimismo, el señorío de Zolina pertenecía en 1399 a Per Arnaut de Garro, maestre hostal de Carlos III; fue erigido en vizcondado para su hijo Juan de Garro, convirtiéndose así en»Vizconde de Zolina».

MONOGRAFÍA SOBRE EL CASTILLO DE IRULEGI

INTRODUCCIÓN:

Reconstrucción gráfica del castilloPocas cosas se conocen de los castillos medievales que defendieron al reino de Navarra. De los casi cien que hubo en el siglo XV apenas quedan vestigios. Lo poco que nos queda de estas edificaciones son unos trozos de pared en el mejor de los casos. En el año 1512 se comenzaron las tandas de destrucciones de todas las fortificaciones medievales que pudieran ofrecer resistencia a las tropas castellanas.

Nulos vestigios para un reino que basó su defensa en la construcción de fortalezas y cuyas reparaciones recogidas en los documentos medievales de Comptos dejan claro que era el pueblo quien participaba en su mantenimiento. Como herencia de ese espíritu poco a poco los ayuntamientos quieren recuperar su patrimonio. Sin duda está creciendo un interés por el patrimonio y la historia de una tierra que siempre ha tenido un carácter especial. Esa inquietud, ese sentimiento comienza a aflorar entre los vecinos y los ayuntamientos de toda Navarra.

SITUACIÓN:

El castillo de Irulegi se encuentra en la sierra de Aranguren sobre la cima de Irulegi también llamada peña de Laquidáin. Este monte tiene una altura de 893 metros y está situado sobre las localidades de Laquidáin e Ilundáin en el valle de Aranguren y Lérruz e Idoate en el de Lizoáin. La silueta del monte es perfectamente visible desde Pamplona.

Vista de la cima de IrulegiLa cima tiene un fuerte escarpe rocoso en su parte norte y laderas pronunciadas en sus otras latitudes que demuestra el porqué se construyó un castillo en este lugar. En su lado más accesible o sur hay un foso y muro defensivo que se explicará detenidamente en la descripción del castillo.

EL NOMBRE:

El topónimo de Irulegi que se traduce como hiru ‘tres’ y legi, ‘cima’ (posiblemente fortificada) cuya traducción final es la de ‘tres cimas’. Es posible que guarde relación con las tres alturas que sobresalen en esta parte de la sierra de Aranguren.

SU HISTORIA:

No se sabe con certeza el año de construcción de la fortaleza. Su ubicación estratégica y su comunicación visual con otros cercanos, nos hace suponer que su construcción fue en los inicios del reino de Pamplona, cuando los vascones procuraron mantener un sistema defensivo en la Cuenca basado en la construcción de torres que avisaban de posibles incursiones árabes o francas que se aproximaban a la ciudad con el fin de someterla.

El sistema defensivo de aquel incipiente reino de Pamplona fue quedándose desfasado conforme se ampliaban las fronteras. Ya no estaban los límites del reino en Tafalla o Monjardín sino más allá del río Ebro, por lo que la utilidad de estos castillos fue disminuyendo. Es cuando estos primeros reductos vascones fueron reutilizándose como cárceles o castillos con cierto carácter residencial, aunque recuperaban su importancia militar en caso de guerra.

El castillo de Irulegi en posteriores fases de la historia vive etapas diferentes, unas de importancia militar como cuando se producían las guerras con Castilla en los años 1378, 1429, 1460 que obligaban a las reparaciones del castillo para defender la Cuenca de Pamplona y otras más relajadas en tiempo de paz. Estos vaivenes de importancia defensiva vienen reflejados en las cuentas de Comptos asignadas a las guarniciones de castillos u hombres de armas, hablan de 18 hombres en agosto del año 1378 coincidiendo con la guerra con Castilla, que se reducen a 5 pero que vuelven a aumentar a 10 hombres en momentos de confrontación.

Sierra de ArangurenSin embargo durante los tiempos de paz, el castillo resulta habitable. Su situación a escasos kilómetros de la capital, su cercanía con zonas productivas de cereal y su ubicación en una franja climática agradable que nada tenían que ver con otras fortalezas más enriscadas o situadas en lugares más desfavorables, hacían de este castillo un lugar residencial aceptable para los alcaides y sus familias. Éstas conclusiones quedan demostradas en los documentos del año 1374, cuando el merino de Sangüesa informaba al tesorero que había visitado el castillo sobre Laquidáin y había podido comprobar que su alcaide Gonzalo Ruiz de Eransus residía allí con toda su familia, lo cual no era inconveniente alguno para sus obligaciones.

En sus funciones de defensa de la fortaleza y salvaguarda de la comarca durante años era común si el castillo reunía las condiciones óptimas desplazarse con su gente. Tampoco resultaba extraño tras el fallecimiento de uno de éstos y con el permiso real, que un familiar, por lo general el hijo, sustituyera a su padre en el cargo. En Irulegi en el año 1330 Martín García de Olloqui murió y fue sustituido por su hijo.

Además de su cometido de defensa, su labor en tiempos de paz consistía en defender los intereses de la Corona apoyando en todo momento a los recaudadores en sus funciones, sin embargo los cobros del alcaide en el año 1461 fueron mediante la recaudación de las pechas de los labradores de Aranguren, Ilundáin y Laquidáin dejando claro que durante esos años el pago y sus reparaciones corrían a cargo del responsable del castillo. Es por ello que las documentaciones de Comptos referentes a reparaciones de fortaleza son muy escasas.

En el año 1479 tras los acuerdos de Aoiz entre la Corona y el condestable, se reconocían al conde de Lerín las tenencias de Viana y los castillos de Garaño e Irulegi entre otros.

Sierra de Aranguren con un dibujo de la situación del castilloFue en estas fechas y durante la guerra civil entre agramonteses y beaumonteses cuando el castillo formaba parte de las posesiones de conde de Lerín y lo ocupaba como alcaide en la última fase del siglo XV Juan de Mearin, de condición beamontesa. Sin embargo fue recuperado el 19 de septiembre de año 1494 por los monarcas navarros Juan III y Catalina de Foix recobrando dicho emplazamiento defensivo. En diciembre de ese mismo año fue mandado demoler por considerarlo innecesario y costoso su mantenimiento, encargando a Juan de Garro y el capitán Remonet su destrucción. Era claro que con ello querían evitar las posesiones de gente afín a Castilla tan cerca de la capital. Su desportillado o derribo del almenado y la rotura de parte de sus muros además de retirar las puertas defensivas y otros elementos no debió ser un daño irreparable para el castillo y es probable que la torre del homenaje o principal sirviera de residencia. Su derrumbe por el paso del tiempo y la falta de dinero para sus reparaciones fue lo que desencadenó su final definitivo.

Obra de Iñaki Sagredo, autor del libro «Castillos de Navarra».

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